CURIOSIDADES ENTOMOLÓGICAS:

Un ginandromorfo de Chazara prieuri iberica (Oberthür, 1907)
R. Estévez
Un caso llamativo de supervivencia en Libellula quadrimaculata L., 1758 (Odonata: Libellulidae)
A. Torralba Burrial y F. J. Ocharan
Un agresivo comportamiento alimentario de Aphodius (Ammoecius) lusitanicus Erichson, 1848 y nuevos datos sobre su corología y trofismo (Coleoptera, Scarabaeoidea, Aphodiidae)
J. L. Agoiz-Bustamante
Los peligros de la Aracnología
A. Torralba Burrial y A. Melic
Un caso sorprendente de mimetismo batesiano
J. Manuel Brenes Rendón
Libélula comedora de Ranas
A. Torralba Burrial y M. Ortega Martínez

 

Un ginandromorfo de Chazara prieuri iberica (Oberthür, 1907)

Rafael Estévez

Plaza de Compostela, 21; 36201 Vigo (Pontevedra).

   En una de las numerosas exploraciones que realicé por tierras de la siempre interesante Sierra de Albarracín, en Teruel, tuve la fortuna de capturar el ginandromorfo de Chazara prieuri iberica (Oberthür, 1907) que se ilustra en la figura 1. Datos de captura: Torres de Albarracín (Teruel), 1200 m, 17-VII-1989.

   No me consta la existencia de casos previos similares citados en la literatura lepidopterológica.

 

Fig.1. Ginandromorfo de Chazara prieuri iberica (Oberthür).

Foto R. Estévez, retocada por Ramón Gimeno.

 


ARACNET, 8 - Bol. S.E.A., nº 29 (2001) : 104.

Un caso llamativo de supervivencia en Libellula quadrimaculata L., 1758 (Odonata: Libellulidae)

Antonio Torralba Burrial 1, 2 y Francisco J. Ocharan 1, 3

1 Departamento de Biología de Organismos y Sistemas. Universidad de Oviedo. E-33071 Oviedo.

2 C. elect: antoniotb@hotmail.com 

3 C. elect.: focharan@correo.uniovi.es 

Resumen: Se informa de un macho de Libellula quadrimaculata Linnaeus, 1758 que sobrevivió en la naturaleza durante un mínimo de 10 días sin el ala anterior derecha. El hecho ocurrió en Oviedo (Asturias, España), entre mayo y junio de 2000.

Palabras clave: Odonata, Anisoptera, Libellulidae, Libellula quadrimaculata, Marcaje-recaptura, Supervivencia, Depredación.

 

Abstract: A showy case of survival of Libellula quadrimaculata L., 1758 (Odonata: Libellulidae)

    A male of Libellula quadrimaculata Linnaeus, 1758 which survived in the field during a minimum of 10 days without the previous right wing is report. This event took place in Oviedo (Asturias, Spain), between May and June of 2000.

Keywords: Odonata, Anisoptera, Libellulidae, Libellula quadrimaculata, Mark-recapture, Survival, Depredation.

 

Introducción

    Durante los meses de mayo y junio del 2000, se llevó a cabo un estudio de marcaje-recaptura de la odonatofauna de la charca de El Cristo (Oviedo, Asturias, UTM 30TTP6704). Se trata de una charca artificial naturalizada, no muy grande, producto de la recuperación de una antigua cantera de extracción de áridos. Se utiliza actualmente para regar un pequeño huerto, dar de beber al ganado vacuno y la pesca de especies introducidas, principalmente perca americana (Micropterus salmoides (La Cepède, 1802)), carpín rojo (Carassius auratus (Linnaeus, 1758)) y cangrejo americano (Procambarus clarkii (Girard, 1852)), especies cuya presencia ocasiona un efecto muy negativo sobre la fauna autóctona.

    Las especies de odonatos que se encontraron en estado adulto en la charca durante el tiempo que duró el estudio fueron, en orden de mayor a menor abundancia: Ischnura graellsi (Rambur, 1842), Coenagrion puella (Linnaeus, 1758), Pyrrhosoma nymphula (Sulzer, 1776), Libellula quadrimaculata Linnaeus, 1758, Anax imperator Leach, 1815 y Libellula depressa Linnaeus, 1758.

    Las capturas se realizaron con una manga entomológica y, en el caso que nos ocupa, el marcaje consistió en un número de tres cifras, realizado en ambas alas anteriores con un rotulador permanente STAEDTLER® PANCOLOR 303 F de color azul.

 

Resultados

    El motivo de la presente nota es un ejemplar macho de L. quadrimaculata, que fue capturado y marcado el 22 de mayo en dicha charca. L. quadrimaculata es un anisóptero de distribución holártica, propio de aguas estancadas provistas de una vegetación acuática muy desarrollada (Ocharan Larrondo, 1987). Se trata de una especie territorial, en la que se dan agresiones intraespecíficas en los machos y que en ocasiones parece presentar una cierta jerarquía con machos dominantes y machos satélites (Corbet, 1999).

    El día 27 de ese mismo mes fue recapturado, pero le faltaba el ala anterior derecha, quedando tan solo un pequeño muñón, de unos 2 mm. Se desconoce la causa de dicha amputación pero es posible que fuera debida al ataque de algún depredador (aves o peces) o a alguna agresión intraespecífica. Su vuelo era reconocible a distancia, menos fluido que el de sus congéneres y como a trompicones.

    La presencia de dicho ejemplar fue confirmada, bien mediante su recaptura o bien comprobando el número marcado en su ala, el 30 de mayo y el 6 de junio, no volviéndosele a localizar en la charca con posterioridad a esta fecha. No fue visto defendiendo ningún territorio, ni tampoco guardando a ninguna hembra durante la ovoposición. De los datos anteriores se desprende que sobrevivió un mínimo de 10 días sin una de las alas anteriores, evitando a los depredadores presentes (fundamentalmente aves) y a otros machos de su misma especie, pese a que su capacidad de vuelo quedó claramente mermada por la falta de dicha ala.

 

Agradecimiento

    Durante el tiempo del estudio el primer autor dispuso de una Beca Salario y Complemento de Colaboración con el Departamento de Biología de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo.

 

Bibliografía:

Corbet, P.S. 1999. Dragonflies. Behavior and ecology of Odonata. Cornell University Press, Ithaca, 829 pp.

Ocharan Larrondo, F.J. 1987. Los odonatos de Asturias y de España. Aspectos sistemáticos y faunísticos. Tesis Doctoral, Universidad de Oviedo, 983 pp.

 


ARACNET, 8 - Bol. S.E.A., nº 29 (2001) : 79-80.

Un agresivo comportamiento alimentario de Aphodius (Ammoecius) lusitanicus Erichson, 1848 y nuevos datos sobre su corología y trofismo (Coleoptera, Scarabaeoidea, Aphodiidae)*

Jorge Luis Agoiz-Bustamante

C/ Azcona Gamen, nº 6, 1º C; 31500, Tudela, Navarra, España;
jorgelagoiz@airtel.net
 

[* Versión en extracto: el texto aquí reproducido incluye varias modificaciones respecto al publicado en el Bol.SEA. Se han eliminado diversas consideraciones de tipo sistemático, datos de captura y otros].

Resumen: Se describe un comportamiento trófico desconocido para el género Aphodius Illiger, 1798; se aportan nuevos datos sobre su trofismo, y se cita por primera vez para la Comunidad Foral de Navarra.

Palabras clave: Aphodius lusitanicus, Aphodiidae, Coleoptera, comportamiento, trofismo, Navarra.

 

Introducción

    El subgénero Ammoecius Mulsant, 1842 está representado en la península ibérica por cinco especies, dos de ellas endémicas. Morfológicamente está caracterizado por su cabeza fuertemente convexa, frente no tuberculada y clípeo con un acusado declive por delante de una carena transversal, base del pronoto rebordeada, margen anterior del pronoto rebordeado o no, escutelo triangular y sedas apicales de las metatibias cortas e iguales.

    Aphodius (Ammoecius) lusitanicus Erichson, 1842 es un endemismo ibérico ampliamente repartido, aunque de capturas generalmente escasas; está citado en España de las provincias de Albacete, Alicante, Ávila, Cádiz, Castellón, Ciudad Real, Córdoba, Granada, Jaén, Madrid, Salamanca, Santander, Segovia, Sevilla, Soria, Teruel, Valencia, Zaragoza y, en Baleares de la isla de Mallorca (Báguena, 1967; Compte, 1975; Ávila & Pascual, 1981; Ruano-Marco et al., 1988; Sánchez-Piñero & Ávila, 1991; Verdú & Galante, 1995); está citado además de Galicia (De la Fuente, 1926), aunque los trabajos posteriores sobre el particular no confirman plenamente la validez de la cita.

    La morfología y desarrollo larvario, así como su biología, han sido descritas y estudiadas en profundidad por Verdú & Galante (1995). Sus preferencias tróficas conocidas son variadas y está citado en excrementos de diversa procedencia: conejo, bovino, equino, caprino, ovino y perro (Sánchez-Piñero y Ávila, 1991; Hidalgo et al., 1998; Verdú & Galante, 1995).

 

Material estudiado

    Se han estudiado ejemplares procedentes de Ciudad Real, Teruel, Jaén y Navarra, cita esta última que resultan ser nueva para la provincia, habiendo podido observar asimismo sus preferencias tróficas en las zonas de estudio, así como un extraño y desconocido comportamiento en la obtención de alimento que se describe más adelante.

 

Discusión

    Aunque algunos autores consideran la especie como ligada a ambientes forestales (Hidalgo et al., 1998), en el sur de Navarra se ha colectado en dos ambientes diferentes, siempre relacionada con las letrinas de conejo y nunca abundante en número de ejemplares. De una parte, en una zona árida y con escasa cobertura vegetal, con predominancia de Rosmarinum officinale L. y Genista scorpius (L.) (Arguedas, Navarra); y de otra, en zonas de sotobosque con carrasca, coscoja, sabinas y pino carrasco, (Plana la Negra, Bardenas Reales, Navarra). Los ejemplares que proceden de Jaén, Ciudad Real y Teruel sí manifiestan claramente esta tendencia, apareciendo en zonas de encinar progresivamente degradado por repoblaciones de cupresáceas y coníferas que se extienden a lo largo del Puerto de Despeñaperros, desde el límite de la provincia de Ciudad Real (Venta de Cárdenas) hasta la zona olivarera de Jaén; y en formaciones boscosas de Quercus sp. y Juniperus sp. en Puebla de Valverde (Teruel).

    Su presencia en los excrementos de conejo ya es conocida; en Puebla de Valverde (Teruel) se colectaron en compañía de A. (Ahermodontus) marini Báguena, 1930, aunque éste último se halla presente también en heces de ovino y cérvidos en la misma zona. Los ejemplares procedentes de Jaén y Ciudad Real han sido colectados en heces de cérvidos, que constituyen el recurso trófico más abundante, apareciendo enterrados bajo ellos o en el interior de los excrementos, y en las galerías de Typhaeus typhoeus (Linneo, 1758) manifestando así la especie un comportamiento de cleptoparasitismo ya conocido con anterioridad en los nidos de Thorectes (Thorectes) valencianus (Baraud, 1966) (Verdú & Galante, 1995). Asimismo en la zona se han podido observar, Scarabeus (Ateuchetus) laticollis Linneo, 1767, abundantes en vuelo y por el suelo (21/3/99) y Aphodius (Agrilinus) ibericus Harold, 1874, explotando el mismo recurso trófico.

    Las observaciones realizadas confirman la presencia de A. lusitanicus en los excrementos de conejo, así como su preferencia por los mismos. La especialización trófica de la especie se dirige hacia heces de pequeño tamaño y escasa humedad; en las zonas de estudio del sur de Navarra y de Puebla de Valverde (Teruel) no han sido encontrados en ningún otro tipo de excremento, aún existiendo amplia disponibilidad de ellos. Asimismo se cita por primera vez en heces de cérvidos, que poseen una textura y un grado hídrico similar a los de conejo.

 

Un extraño comportamiento alimentario

    En los ejemplares colectados el 21/3/99 en la Venta de Cárdenas (Ciudad Real) se pudo constatar un agresivo y extraño comportamiento en la obtención de alimento, desconocido para el género en la región Paleártica.

    Fueron introducidos 15 individuos de A. lusitanicus en un frasco de captura sin ningún medio letal (acetato de etilo o similares), en compañía de dos individuos de Onthophagus (Palaeonthophagus) lemur (Fabricius, 1781) colectados en las cercanías sobre heces humanas. En el transcurso de las aproximadamente dos horas que se tardó en introducir el acetato de etilo en el frasco, los O. lemur fueron atacados por los A. lusitanicus, que consiguieron separarles los esternitos abdominales, e introducirse en el interior del abdomen y tórax con el objeto de consumir el contenido del aparato digestivo.

    Se han descrito diversos comportamientos tróficos en Scarabaeoidea Laparosticti, entre los que se incluyen hábitos depredadores que son conocidos en la región paleártica en adultos de Hybosorus illigeri Reiche, 1853 sobre diversos escarabeidos coprófagos (Rozas et al., 1991). Con respecto a los comportamientos necrófagos, Veiga (1985) considera que las adaptaciones a la necrofagia de los coprófagos paleárticos responden a la búsqueda de alimento (heces) en el interior de los cadáveres más que a un comportamiento alimentario netamente necrófago, que puede llegar a situaciones tan extremas como el caso de ciertas especies patógenas de Onthophagus de Ceilán y Bengala causantes en los niños de una enfermedad intestinal denominada “escarabiasis”, ya que en la búsqueda del excremento del aparato digestivo se introducen por el ano de aquellos ocasionando diarreas.

    El agresivo comportamiento detectado en A. lusitanicus, aún no correspondiendo con claridad a ninguno de los anteriormente expuestos, tiene mayores similitudes con el patógeno, puesto que el ataque de una especie sobre otra no tiene como objetivo el consumo directo por depredación, sino el de alimentarse del excremento contenido en el interior del sistema digestivo de la especie atacada, un robo de alimento realizado de forma altamente agresiva que, en este caso, lleva aparejada la muerte de la especie atacada.

    Resulta difícil determinar si este agresivo comportamiento se da en la naturaleza y no sólo en las particulares condiciones de confinamiento a que fueron sometidos, aunque el escaso tiempo transcurrido desde la colecta de ambas especies en sus respectivos recursos tróficos, y el momento en que se les fue a dar muerte, no parece ser suficiente como para que la abstinencia alimenticia pueda provocar este comportamiento, en cualquier caso interesante y curioso para ampliar el conocimiento biológico de este género de coleópteros coprófagos.

 

Agradecimiento

    Al entomólogo José Ignacio López-Colón, por su inestimable ayuda bibliográfica así como por sus siempre acertados consejos y sugerencias en la revisión del manuscrito. Y a mis colegas navarros Antonio Fermín San Martín y José Ignacio Recalde, por su amabilidad cediéndome para su estudio el material colectado en Rada.

 

Bibliografía

Ávila, J. M. & Pascual, F. 1981. Contribución al conocimiento de los escarabeidos coprófagos de Sierra Nevada: Muestreo preliminar. (Col., Scarabaeoidea). Trab. Monogr. Dep. Zool. Uni. Granada (N. S.), 4 (4): 93-105.

Báguena, L. 1967. Scarabaeoidea de la fauna ibero-balear y pirenaica. Instituto español de Entomología, Madrid. 575 pp.

Baraud, J. 1971. Révision des Aphodius paléarctiques du sous-genre Ammoecius Muls. (Col. Scarabaeidae). Bull. Soc. ent. France, 76: 63-71.

Baraud, J. 1992. Coléoptères Scarabaeoidea d´Europe. Faune de France, vol. 78. Féderation Française des Societés de Sciences Naturelles. Lyon, 856 pp.

Compte, A. 1975. Notas sobre las especies españolas de Aphodius del subgénero Ammoecius. (Col. Scarabaeidae). Graellsia, 29: 79-94.

de la Fuente, J. M. 1926. Catálogo sistemático-geográfico de los Coleópteros observados en la Península Ibérica, Pirineos propiamente dichos y Baleares. Boletín de la Sociedad Entomológica de España, 9: (83-96).

Dellacasa, G. & Dellacasa, M. 1997. Pseudoahermodontus benesi: a new genus and new species of Aphodiini with large scutellum, and systematic redefinition of the genus Ahermodontus Báguena, 1930. (Coleoptera: Aphodiidae). Boll. Mus. Reg. Sci. nat. Torino, Vol. 15 (2): 407-416.

Hidalgo, J. M., Bach, C. & Cárdenas, A. M. 1998. I. Los Scarabaeoidea (Coleoptera) coprófagos de las comarcas naturales de Córdoba: I. Aphodiidae. Boletín de la Asociación Española de Entomología, 22(3-4): 9-35.

Rozas, L., Ávila, J. M. & Sánchez-Piñero, F. 1991. Observación de hábitos depredadores en Hybosorus illgeri Reiche, 1853 (Coleoptera, Scarabaeoidea, Hybosoridae). Boletín de la Asociación Española de Entomología, 15: 111-115.

Ruano-Marco, L., Martín-Piera, F. & Andujar, A. 1988. Los Scarabaeoidea de la Provincia de Albacete (Coleoptera). Instituto de Estudios Albacetenses. Excma. Diputación de Albacete y CSIC. Confederación Española de Estudios Locales, Serie I, Ensayos Históricos y Científicos, nº 32, 210 págs.

Sánchez Piñero, F. & Ávila, J. M. 1991. Análisis comparativo de los Scarabaeoidea (Coleoptera) coprófagos de las deyecciones de conejo [Oryctolagus cuniculus (L.)] y de otros mamíferos. Estudio preliminar. Eos, 67, 1991: 23-34.

Veiga, C. M. 1985. Consideraciones sobre hábitos de necrofagia en algunas especies de Scarabaeoidea Laparosticti paleárticas (Insecta: Coleoptera). Boletim da Sociedade Portuguesa de Entomología [Actas do II Congresso Ibérico de Entomología, Suppl., 1(2)]: 123-134.

Verdú, J. R. & Galante, E., 1995. Life history and description of the larval stage of Aphodius lusitanicus Erichson, 1848 (Coleoptera: Scarabaeidae, Aphodiidae). Acta zool. Cracov., 38(2): 205-212.

 


ARACNET, 8 - Bol. S.E.A., nº 29 (2001) : 110.

Los peligros de la Aracnología

Antonio Torralba Burrial1 y Antonio Melic2

1 Dpto. de Biología de Organismos y Sistemas. Area de Zoología.
   Universidad de Oviedo. E-33071 Oviedo (Spain).
   antoniotb@hotmail.com 

2 Avda. Radio Juventud, 37. E-50012 Zaragoza.
   amelic@retemail.es 

Resumen: Se comenta un curioso caso en el que una araña ha puesto en peligro a los residentes de una vivienda en Huesca.


Figura 1- Clubiona sp.

    Dado su pequeño tamaño y costumbres, una gran cantidad de artrópodos puede introducirse, y de hecho se introduce, por pequeñas grietas y recovecos a lo largo de su vida. A este respecto, no suelen hacer distingos entre grietas y huecos naturales o artificiales, habiéndose convertido nuestras casas y edificaciones en peculiares hábitats para artrópodos varios. Hasta tal punto que bien podría hablarse de la ‘Entomología doméstica’ como aquella parte de la entomología urbana que se ocupa de los inquilinos de nuestras moradas (y no del quehacer diario de los entomólogos, como podría pensarse inicialmente).

    El ecosistema urbano, aunque muchos autores se resisten a considerar este conjunto de hábitats artificiales como un ecosistema, presenta una serie de inconvenientes para la fauna residente relacionados con diversos tipos de contaminación, temperatura, humedad (en realidad, sequedad), luminosidad, etc., pero también diversas ventajas que algunos de esos organismos saben explotar. Sea como fuere y si la teoría de las islas funciona, lo más probable es que cada vez un mayor número de especies vayan colonizando este ecosistema (pues, realmente, es el único en franca expansión).

    Entre los invasores se presentan diversos grados de colonización. Desde los innumerables visitantes ocasionales o accidentales, a los residentes permanentes. Multitud de especies de cucarachas, pececillos de plata, escarabajos, polillas, chinches, pulgones, ácaros, opiliones y arañas campan, en ocasiones a nuestro pesar, y con completa impunidad, por el interior de los edificios. Pero también por el interior de nuestras máquinas. Así, todavía se emplea en informática el término "bug" para referirse a los errores de los programas informáticos, en recuerdo de épocas pasadas en las que los fallos en los ordenadores ocurrían por "bichos" auténticos correteando por el interior de esas pesadas máquinas.

    El motivo de la presente nota es el descubrimiento de uno de esos visitantes ocasionales, no especialmente adaptado a los ambientes urbanos ni domésticos, en condiciones francamente singulares. Se trata de una araña de la familia Clubionidae, género Clubiona Latreille, 1804 de la que no podemos precisar la especie por tratarse de una hembra juvenil. Las circunstancias de su descubrimiento son las siguientes: en fechas pasadas se detectó un funcionamiento anómalo en el calentador de agua de butano del domicilio del primero de los firmantes (en Huesca capital), el cual mostraba una llama poco viva y que terminó por ennegrecer la parte superior de las paredes y techo de la galería en la que estaba ubicado. El técnico encargado de su reparación desmontó y limpió el tubo de salida de gases, sin solucionar el problema. El servicio técnico procedió a desmontar a continuación el calentador, encontrándose en el quemador central los restos de una tela de araña llena de hollín, así como el ejemplar de Clubiona, muerto por efecto del butano o de algún óxido de carbono. Su tela, muy densa, obstruía parcialmente la salida del butano, impidiendo asimismo la correcta combustión del gas y generando una situación de riesgo potencial (escape de gases inflamables).

    La aracnología puede ser una actividad de ‘alto riesgo’ sin necesidad de manejar viudas negras o escorpiones.

 

ARACNET, 8 - Bol. S.E.A., nº 25 (1999) : 62.

Un caso sorprendente de mimetismo batesiano

José Manuel Brenes Rendón

Avda. De la Serrana, Blq. 1 3º B; 11404 Jerez de la Frontera, Cádiz

 

    La Naturaleza es con frecuencia fuente inagotable de sorpresas para quien quiera prestarle un poco de atención. Escudriñar algunos de sus aspectos, a la par que admiración, nos hace reflexionar sobre las complejas, extraordinarias y sutiles relaciones que se establecen entre los organismos...

    Una de las facetas que nunca dejarán de maravillarnos es el mimetismo, y en esta nota voy a referir un insólito caso del llamado mimetismo batesiano descubierto no hace mucho tiempo, allá por la década de los 70.

    El fenómeno del mimetismo batesiano, en el que especies inofensivas imitan el aspecto y en ocasiones también el comportamiento de otras especies agresivas o peligrosas, se da en muchos grupos de vertebrados e invertebrados.

    Entre otros ejemplos conocidos, modelo e imitador pueden ser miembros de la misma Clase taxonómica, aunque pertenecientes a diferentes órdenes: una polilla o un escarabajo que imita a una peligrosa avispa o una mosca que imita a una abeja. No son extraños los casos en los que el mimetismo se da entre organismos pertenecientes a diversas Clases: un escarabajo que imita a una araña o un insecto palo que imita a un escorpión. Tampoco son infrecuentes los ejemplos en que un invertebrado toma como modelo a un vertebrado: una oruga que se asemeja a una serpiente o una mariposa que imita los ojos de un búho. Sin embargo, el caso contrario, en el que un vertebrado imita a un invertebrado es mucho más raro, pero por supuesto, también está presente en la naturaleza. Veamos un ejemplo curioso.

    En el Sur de África viven grandes carábidos pertenecientes a los géneros Anthia y Thermophilum (Coleoptera, Carabidae, Anthiinae), algunos de los cuales superan los 5 cm. Su coloración es negra con algunas manchas blancas formadas por una especie de vello distribuidas por el pronoto y los élitros (ver figura 1). Al igual que la gran mayoría de los carábidos poseen unas patas bien desarrolladas que les permiten correr rápidamente por el suelo en busca de presas a las que capturan con sus enormes mandíbulas. Algunas especies, como Anthia thoracica, tienen unas mandíbulas extraordinarias, verdaderas cizallas naturales (ver figura 3). Como puede suponerse, con tal arma, aves, mamíferos y reptiles, principales depredadores de los desiertos donde viven, les tienen un más que justificado respeto.

    Pero el arsenal ofensivo de estos insectos no acaba ahí, pues son capaces de descargar por el ano un líquido muy corrosivo con el que intentan acertar en los ojos del adversario. Este líquido, compuesto de ácidos de diferente composición bioquímica, es incluso peligroso para el hombre.

    Su color negro con manchas blancas los hace muy visibles en los suelos arenosos claros de las zonas donde habitan, un claro ejemplo de coloración aposemática en la que sus llamativos colores sobre la arena advierten a los depredadores de con quien se las gasta.

    Este conjunto de características les hace candidatos al título de modelo para especies inofensivas que vivan en su mismo entorno. Lo curioso del caso es que el imitador no es otro escarabajo o insecto, ni siquiera otro artrópodo, sino un vertebrado, el lagarto Heliobolus lugubris (Sauria, Lacertidae, Lacertinae).

    El lagarto adulto, de hábitos diurnos, no parece tener nada de extraordinario ya que a lo largo de sus 18 cm presenta una librea bastante corriente, de color marrón salpicada de negro y con tres rayas longitudinales blancas. Un diseño bastante anodino. Los que sí llaman poderosamente la atención son los juveniles, que en contra de lo que parecería aconsejable, destacan de forma evidente sobre la arena por su color negro azabache cubierto de puntos blancos (ver figura 2). La cola, en cambio, sí se disimula sobre la arena al tener una gruesa banda marrón, variando la tonalidad según la zona geográfica donde se encuentre el lagarto. Es como si el lagarto ‘supiera’ que los escarabajos no tienen cola y se esforzara en ‘hacerla desaparecer’.

    Pero el parecido va más allá de lo morfológico y alcanza también al comportamiento ya que el Heliobolus imita los movimientos rápidos e impredecibles de los carábidos e incluso arquea la espalda separando la barriga del suelo, dando la impresión a un observador poco atento de que se trata de un animal de cuerpo rechoncho y abombado... igual al aspecto del coleóptero.

    De esta forma, el inofensivo Heliobolus consigue engañar a sus depredadores, haciéndose pasar por agresivos Anthia o Thermophilus y ofreciéndonos un ejemplo más de eso que viene en llamarse un ‘ingenioso mecanismo de supervivencia’.


Figura 1 (izda.). Morfología de Anthia sexguttata. Figura 2 (centro). Morfología de Heliobolus lugubris. Figura 3. (dcha.). Mandíbulas de Anthia thoracica.

Bibliografía:

Bauer, A. M. (1992). Lagartos. En Reptiles y Anfibios. Lunwerg Editores, S.A., Barcelona- Madrid

Masó, A. y Pijoan, M. (1997), Observar mariposas. Editorial Planeta S.A. Barcelona.

Schmidt, A. & Gruschwitz, M. (1997) Mimetismo entre lagartos y escarabajos del desierto. Una estrategia de supervivencia en un entorno de condiciones extremas. Reptilia,12: 22-24.

 


ARACNET, 8 - Bol. S.E.A., nº 21 (1998) : 14.

Libélula comedora de Ranas

Antonio Torralba Burrial1 y Miguel Ortega Martínez 2

(1) Av. Menéndez Pidal nº 9 - 2º F; 22003 HUESCA.

(2) c/. Peligros nº 5; 22001 HUESCA.

 

Resumen: En la presente nota se da cuenta del siguiente hecho observado: una larva de Anisóptero (Anax sp.) comiendo una rana adulta viva (Rana perezi), mayor que ella. El hecho ocurrió en Miramón (Monegrillo, Zaragoza) el día 13.09.97.

Palabras clave: Etología. Anax. Anisoptera. Odonata. Rana. Amphibia.

 

Abstract: Frog-eating dragonfly.

In this paper the authors makes a report abaut the following event: a larva of Anisoptera (Anax sp.) eating an adult frog (Rana perezi), larger than itself. This event took place in Miramón (Monegrillo, Zaragoza) on the day 09.13.97.

Key words: Etology. Anax. Anisoptera. Odonata. Rana. Amphibia.

 

    En una excursión por tierras monegrinas, concretamente por Miramón (término municipal de Monegrillo (Zaragoza)) el día 13 de septiembre de 1997, pudimos observar un espectáculo sumamente interesante, que es el motivo de la presente nota. En las orillas de una balsa, situada en la cuadrícula UTM 30TYM2211, vimos un ejemplar de rana común (Rana perezi), totalmente metamorfoseado aunque todavía joven, de unos cinco centímetros de largo, que se estaba debatiendo desesperado, intentando liberarse de algo que le mantenía sujeto por una pata. Esto llamó inmediatamente nuestra atención y, acercándonos más y separando un poco la vegetación circundante (Potamogeton [probablemente P. filiformis] y Ranunculus fundamentalmente, también algo de Chara, aunque algo más hacia el centro de la balsa) con ayuda de un tallo de junco pudimos comprobar quien era él que lograba atenazar de tal forma a la rana; se trataba de un voraz depredador, común en casi todas las balsas, charcas y masas de agua sin excesiva corriente: una larva de libélula que, posteriormente, resultó ser del género Anax.

    Ciertamente, no era lo que nos habíamos esperado. No se trataba de una larva de libélula atacando a otro invertebrado (acuático o no), ni tampoco a un renacuajo de aproximadamente su tamaño, hecho este bastante común, como podrá atestiguar cualquiera que suela visitar balsas y charcas. No, en esta ocasión estaba atacando, y reteniendo para devorar, a una rana claramente mayor que ella.

    Resultaba sorprendente comprobar como este anisóptero mantenía firmemente cerradas sus mandíbulas sobre el tarso del anfibio, mientras se sujetaba tranquilamente con sus patas a los tallos de Rupia, haciendo caso omiso de los bruscos movimientos de la rana que trataba, lógicamente, de escaparse. Para la rana, la perspectiva no parecía muy favorable, sus bruscos y desesperados movimientos no surtían efecto, mientras las enzimas inyectadas por la larva de libélula hacían su efecto disolviendo los tejidos de su extremidad posterior.

    Desconocemos en que hubiera devenido la situación, si hubiera comido parcial o totalmente la libélula a la rana o si, por el contrario, está última hubiera podido escaparse, cosa que parece difícil, ya que estuvieron en esa situación, bajo nuestra atenta vigilancia, un cuarto de hora, hasta que, molesta por nuestras manipulaciones de la situación para lograr ver mejor lo que pasaba y realizar unas fotos, la larva de libélula optó por soltar a su presa y esconderse entre la vegetación, acto que imito la rana aunque (¿por casualidad? ¿queriendo?) escondiéndose en dirección contraria a la libélula.

    Dados los tamaños relativos de los protagonistas del suceso, resulta difícil pensar que la libélula pudiera comerse totalmente a la rana, aunque sólo fuera por la imposibilidad física de colocar toda la materia de la rana en el interior del cuerpo de la libélula, incluso teniendo en cuenta que la libélula toma su comida semidigerida, en forma de fluidos de densidad variable. Sin embargo, dado lo visto, si parece más probable que la rana fuera consumida en parte, e. g., una pata que, tras ver reducidos a una especie de papilla sus tejidos (exceptuando los óseos) acabaría desprendiéndose del resto del cuerpo, dejando a la libélula, con el estómago repleto, con un trozo de piel entre las mandíbulas, y a la rana con un muñón en el lugar de la amputación.

    No es infrecuente observar ranas con amputaciones en las extremidades anteriores o posteriores, amputaciones estas que se suelen atribuir a aves, peces o cangrejos; sin embargo, existe la posibilidad de que tal vez parte de estas amputaciones sean producto de encuentros entre los citados anfibios y alguna larva de libélula. Asimismo, también es posible que las larvas de libélula sean responsables en algunos casos de amputaciones parciales en la cola de renacuajos, sobre todo en aquellas balsas y charcas en las que no haya ni cangrejos ni peces y, por tanto, las únicas explicaciones posibles sean las aves y las larvas de libélula. Probablemente nos seguirá deparando más sorpresas el estudio de este voraz depredador de las charcas que son las larvas de libélula.

 

 

Página creada en diciembre de 2001
Última actualización: lunes, 31 de diciembre de 2001


 

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