IX JORNADAS DEL GRUPO IBÉRICO DE ARACNOLOGÍA

Elogio de la Araña. Cinco milenios de aracnología

Antonio MELIC

Avda. Radio Juventud, nº 37, 50012-Zaragoza (España). amelic@telefonica.net

1 En las proximidades de la guarida del monstruo.

     Sin razón aparente arañas y escorpiones han devenido histórica y culturalmente entidades cuya maldad sobrepasada ampliamente la potencia real de sus venenos o las consecuencias negativas de su presencia en términos de pérdidas, daños o costes. Los aracnólogos dedicamos a estos organismos, tal vez malditos, nuestras fatigas y desvelos, aunque con un marcado sesgo hacia los aspectos estrictamente científicos y académicos. Sin embargo, el estudio de los arácnidos debería incluir con más frecuencia otros aspectos relacionados con la aracnología cultural y la aplicada, ya que las tres vertientes conforman una unidad histórica e inseparable.

2. La cola del escorpión.

     Durante más de cinco milenios, desde lo más oscuro de la protohistoria humana reciente, los escorpiones han sido considerados una encarnación del mal, de lo yermo o de lo infernal. En prácticamente todas las grandes civilizaciones de la Antigüedad el escorpión ha sido una figura simbólica asociada directamente a la muerte, la venganza, el dolor o el castigo. A pesar de ello el escorpión ha sido identificado en el firmamento nocturno y su figura reconocida como constelación principal por diversas culturas, al tiempo que ha sido asociado a potencias con la extraña capacidad de desplegar efectos protectores o beneficiosos, como el control de plagas y la prevención ante desastres naturales. La cola del escorpión, y su aguijón, han constituido durante milenios un símbolo del propio animal, que destaca, así, precisamente su capacidad para picar, envenenar e infligir dolor y aun la muerte, frente a cualquier otro rasgo.

     El devenir cultural de la araña a través de las principales civilizaciones históricas es objeto del siguiente bloque completando así una breve revisión de la aracnología cultural en lo que se refiere a mitología, creencias y simbolismo. La araña ha sido asociada habitualmente a divinidades de cierta complejidad, en las que se compatibilizan poderes relacionados con la creación, la fertilidad y la vida con otros vinculados a la guerra, la destrucción y la muerte. Es el caso de Innana en Mesopotamia, Neith en Egipto o Ix Chel en el continente americano, entre otros. La habilidad de la araña para la confección de telas de captura sin duda ha relacionado a ésta con divinidades cazadoras, así como con actividades como el hilado, el tejido y la hechicería. La imagen de la araña, por tanto, aunque cercana a la muerte en ocasiones, encierra grandes valores positivos desde el punto de vista social y cultural.

3. En el diván del psiquiatra.

     Se trata ahora de intentar explicar uno de los mayores misterios de la aracnología cultural y aplicada, pues la aracnofobia es un fenómeno que probablemente participa de ambas naturalezas. ¿Por qué existe y de dónde procede esta fobia? ¿Cómo es posible que la araña, que no ha sido un animal especialmente odiado o rechazado en la mitología y supersticiones antiguas, pueda ser objeto de tal animadversión y causa de ataques de ansiedad y repulsión? Un repaso a las principales teorías demuestra que durante el pasado siglo se intentó explicar este misterio aplicando buenas dosis de imaginación, pero con resultados poco convincentes.

4. Lecciones de economía

     ¿Son los arácnidos útiles? En este apartado se aborda el análisis del papel de los arácnidos como organismos productores de ventajas y beneficios para la especie humana. Se trata por tanto de un análisis económico o aplicado, que olvida otras consideraciones.

     ¿Para qué son útiles los arácnidos? Las arañas son depredadoras formidables que controlan las poblaciones de otros organismos, especialmente los insectos. El interés de las arañas radica en los perjuicios que pueden evitarse a través del control biológico aplicado por ellas. Los insectos presentan varias características que los hacen económicamente peligrosos: son hiperdiversos, muestran una gran capacidad de adaptación, unas tasas muy altas de reproducción y una parte relevante de los mismos son fitófagos y, por tanto, son competidores por los recursos de nuestra especie. Las arañas son los principales depredadores (y por tanto, controladores) de los mismos, aunque la literatura científica (ecológica fundamentalmente) no ha llegado a un acuerdo unánime respecto al nivel preciso de control realmente ejercido. Algunas magnitudes y cifras clásicas, en todo caso, ponen de manifiesto la relevancia de este control. Su impacto real es difícil de mensurar, pero a la vista de las consecuencias derivadas (incluso en términos de vidas humanas), es incuestionable su potencia, hasta tal punto que algún autor ha sugerido que nuestra especie podría no existir sin las arañas. Además, dicho control se extiende no solo a la protección de alimentos, sino también a la de otros animales incluido el ser humano. Como depredadores, las arañas actúan como limitantes en la expansión de insectos capaces de transmitir enfermedades animales o humanas. Son un mecanismo de control sanitario posiblemente poco ponderado pero muy eficaz.

     Las arañas, además, son objeto de estudio en el desarrollo tanto de medicamentos, como de productos con aplicaciones en la industria y consumo humano. Y lo mismo cabe decir de sus telas. Se revisan otras aplicaciones culturales, materiales o curiosas (incluidas las delictivas) de unas y otros.

     Dos aplicaciones, pertenecientes realmente al ámbito de la entomología cultural y aplicada, merecen una un breve comentario final. Se trata tanto del uso de arañas como bioindicadores y de las actividades de conservación de arácnidos.

5. Oración, despedida y cierre de la emisión.

     La última parte de la conferencia intenta recomponer el espíritu de los oyentes procurando hacer inteligible el aparente caos temático de la conferencia. Se ha tratado de poner en valor la parte de la aracnología que habitualmente es relegada a los sótanos del conocimiento e interés de los aracnólogos a pesar de que, muy probablemente, representan los aspectos más relevantes de la disciplina desde el punto de vista social y sicológico, es decir, desde perspectivas que a menudo consideran a las arañas seres temibles y repugnantes cuando, en realidad, la humanidad, la humanidad ama y ha amado siempre a las arañas, aunque con frecuencia, no lo sepa o, lamentablemente, la haya olvidado.