VIII JORNADAS DEL GRUPO IBÉRICO DE ARACNOLOGÍA

Conocimientos de los estudiantes de Magisterio sobre Biodiversidad y Arañas

Carmen Urones

Departamento de Didáctica Matemática y Ciencias Experimentales, Facultad Educación, Universidad de Salamanca, 37008 Salamanca, España uronesc@usal.es

     En este estudio nos preguntamos ¿qué conocen los estudiantes de la titulación de maestro sobre biodiversidad?, y ¿como aplican estos conocimientos en particular sobre las arañas?, en relación con lo que deberían conocer y con lo que van a enseñar cuando ejerzan su futura profesión. Además, abordamos el posible origen de las concepciones de los estudiantes para comprobar si se corresponden con los conceptos científicos, o si su origen es fruto de sus experiencias directas en el entorno natural, se deben al ambiente socio-cultural, o se trata de analogías. Esta investigación está justificada por el importante papel que desempeñan los maestros en la sociedad, ya que en sus manos está el inicio de la formación científica de todos los ciudadanos.

     Se utilizaron cuestionarios de respuesta cerrada (con opción única y múltiple) y abierta (con respuesta verbal así como dibujos), y se eligieron al azar 40 alumnos de 2º curso de la especialidad de Educación Infantil (50% en turno de mañana y 50% de tarde), la gran mayoría (80%) con 19-22 años. Comparamos las respuestas con la legislación, tanto la que estaba vigente cuando los estudiantes cursaron sus estudios como la actual, con libros de texto de diferentes niveles educativos y editoriales, y con diferentes materiales sociales y culturales con los que los estudiantes pueden estar en contacto.

     Los resultados muestran que los futuros maestros comienzan sus estudios sin tener interiorizados conocimientos de biodiversidad animal que son considerados básicos y fundamentales en la educación obligatoria y que se supone que el sistema escolar debe haberles transmitido. Así por ejemplo desconocen y manifiestan errores graves en los conceptos relativos a los artrópodos (el filo más diverso del reino animal y uno de los más importantes económicamente): el 20% incluye “la araña” entre los insectos, y el 7.5% algo tan impreciso como “los gusanos”. Con el grupo de los invertebrados, que se trabaja desde la educación básica, es con el que más dificultades manifiestan, el 7.5% no sabe/no contesta y el 62.5% incluye especies de reptiles entre ellos. El 75% no es capaz de dar el nombre científico de ningún ser vivo.

     Para las arañas, en concreto, analizamos como aplican aquellas características externas que según los libros de texto todo estudiante debería conocer.

     1. El cuerpo dividido en dos partes: ningún alumno se refiere a ello en la descripción verbal. En los dibujos más de la mitad de la muestra (el 60%) dibuja el cuerpo indiviso, esférico u ovoideo. ¿Estarán pensando en opiliones? Otros (2.5%) dibuja claramente 3 partes, por analogía con la morfología de los insectos donde muchos de ellos habían incluido a las arañas.

     2. La presencia de quelíceros: aunque los libros lo destacan, sólo los reconocen el 32.5% de los estudiantes; el 10% dibuja boca humana (lo que es muy habitual en el material de educación infantil, por lo que el entorno cultura parece importante en la transmisión de este error. El 2.5% les dibuja un pico (¿de ave o intenta ser la probóscide de un mosquito?, el 10 % de las descripciones verbales se refiere a que las arañas tienen veneno y “pican”. Ideas que en los entornos familiares se repiten indefectiblemente.

     3. Contar con 8 patas locomotoras: es el carácter mejor conocido (80%); si bien en muchos casos no reconocen que estén articuladas. Para el 12.5% tienen sólo 6 patas, por analogía de nuevo con los insectos, tal y como representan infinidad de imágenes destinadas al público infantil y juvenil que contribuyen a consolidar este error conceptual. Y el 5% les atribuye 10 patas como los crustáceos decápodos, comprobamos que en muchos libros de texto se presentan muy próximos y con figuras que en muchos casos inducen a error.

Además de los caracteres anteriores analizamos:

     4. El número de ojos: predominan los que piensan que poseen 2 ojos (55%), se repiten de nuevo los estereotipos antropomórficos usados en muchas representaciones animales. Para el 7.5% tienen 4 ojos y sólo para el 7.5% poseen “muchos ojos”.

     5. La posesión de seda: es reconocida por el 27.5%. Entre los que dibujan un hilo seda saliendo de la araña, el 12.5% lo dibuja partiendo del extremo del opistosoma y erróneamente el 5% de la boca. Pero la producción de telas es reconocida por el 80%. Su experiencia directa con las arañas les ha hecho conocer claramente esta característica. Hecho además tenido en cuenta en muchas manifestaciones culturales (parques infantiles, películas de cine, dibujos,…).

     Podemos concluir que: -Los conocimientos aprendidos en la educación secundaria no son funcionales: los estudiantes no los aplican a casos concretos. -El papel que los artrópodos tienen en los libros de texto de la enseñanza primaria y secundaria obligatoria no se corresponde con el que deberían tener en realidad, en función de su importancia en la biodiversidad, en el número de individuos y en su relación con el hombre. -Algunos libros escolares no presentan unas imágenes precisas de los seres vivos lo que induce a los estudiantes a confusión, y sobre todo gran cantidad de materiales infantiles y juveniles: fichas de trabajo, cómic, cuentos, etc., presentan errores y visiones antropomórficas que los estudiantes repiten. -Las preconcepciones que poseen sobre las arañas son debidas a conocimientos espontáneos socio-culturales más que al fruto de sus experiencias sensoriales con el entorno natural o a su formación académica. -Para solucionar todos estos problemas es necesario actuar en la formación de los maestros haciendo que ellos mismos construyan un concepto de biodiversidad ajustado a la realidad. Y para ello proponemos modificar la metodología de la enseñanza y del aprendizaje posibilitando un contacto directo con los seres vivos, lo que les va a despertar el interés científico y permitir adquirir mejores conocimientos de conceptos; sensibilizarse hacia la importancia ecológica de los animales y adquirir valores y actitudes positivas hacia todos ellos (incluyendo a las arañas) y dotarles de mejores capacidades instrumentales de cara a trabajar en la educación científica infantil y juvenil.