VIII JORNADAS DEL GRUPO IBÉRICO DE ARACNOLOGÍA

Construcción de nidos en Donacosa merlini (Araneae, Lycosidae): origenes de las diferencias poblacionales.

Sara Aguado De la Paz (1), David García Del Amo (2), Virginia Pérez Andreu (3) & Carmen Fernández-Montraveta (4)

1 Dpto. Psicología Biológica y de la Salud, Universidad Autónoma de Madrid, Cantoblanco, 28049- Madrid (Spain). sara.aguado@estudiante.uam.es

2 Dpto. Psicología Biológica y de la Salud, Universidad Autónoma de Madrid, Cantoblanco, 28049- Madrid (Spain). david.garciad@estudiante.uam.es

3 Dpto. Psicología Biológica y de la Salud, Universidad Autónoma de Madrid, Cantoblanco, 28049- Madrid (Spain). virginia.perez.andreu@estumail.ucm.es

4 Dpto. Psicología Biológica y de la Salud, Universidad Autónoma de Madrid, Cantoblanco, 28049- Madrid (Spain). carmen.montraveta@uam.es

     Donacosa merlini Alderweireldt & Jocqué, 1991 es una especie de araña lobo constructora obligada de nidos. Los nidos son orificios verticales en el suelo, que presentan en su parte superior un brocal formado por un entretejido de seda y vegetación que los hace muy llamativos y recuerda al borde de un pozo. La especie está presente en áreas con diferente estructura de la vegetación, entre las que existen diferencias en el tamaño de los nidos y de sus brocales y en la disponibilidad de alimento. Con el fin de analizar el origen de estas diferencias, hemos investigado la construcción de brocales por parte de hembras adultas de D. merlini criadas desde la eclosión en el laboratorio con control de la cantidad de alimento que reciben (G1 y G2, la mitad y el doble de comida, respectivamente) y procedentes de madres capturadas en dos áreas espacialmente alejadas y que difieren en el tamaño de los nidos y de los brocales (P2 > P1). En terrarios experimentales en cuyo centro perforamos un pequeño orificio, suministramos a cada araña una cantidad fija de materia vegetal y medimos el tamaño (altura y volumen) y el peso de los brocales que construyeron 2 (D1) y 4 (D2) días después. También medimos el tamaño de las arañas y su peso al inicio y una vez finalizado el experimento, así como la probabilidad de que fueran desalojadas del nido en la interacción con machos. Esperábamos encontrar que, si las diferencias en el tamaño de los brocales fueran debidas a la vegetación disponible, todas las hembras construyeran brocales del mismo tamaño, independientemente del área en la que fueron capturadas sus madres.

                 

Figura 1. Aspecto del brocal construido por una hembra P2 (a) y P1 (b) 4 días después de ser instaladas en los terrarios experimentales.

     Nuestros resultados indicaron que, a pesar de disponer de la misma cantidad de material, las hembras procedentes de las dos áreas construyeron brocales de diferente tamaño en D2, y los brocales de P2 fueron más altos y más voluminosos pero menos densos (peso del brocal controlando el efecto de su volumen) que los de P1 (Fig. 1). Por el contrario, no hubo efecto significativo de la alimentación sobre la altura, el volumen o la densidad de los brocales, aunque sí un efecto marginalmente significativo de la interacción población*alimentación sobre el volumen del brocal. Las hembras de P1 construyeron brocales más pesados cuanto más voluminosos, mientras que las de P2 construyeron brocales cuyo peso fue independiente de su volumen. Estos resultados parecen indicar diferencias entre las poblaciones en sus estrategias de construcción de los nidos, que hemos intentado relacionar con costes y beneficios diferenciales. Existen diferencias entre las poblaciones en la probabilidad de construir un brocal (D1), que es globalmente menor en P1. Para esta población, además, la alimentación afecta a la probabilidad de construcción, y las hembras peor alimentadas presentan una menor probabilidad. Las diferencias desaparecen en D2, lo que indicaría que las hembras peor alimentadas de P1 tardan más en construir un brocal. Hubo diferencias marginalmente significativas entre poblaciones en la probabilidad de que las hembras fueran desalojadas de sus nidos (P2 > P1), y la alimentación afectó a dicha probabilidad para las hembras P2, que fueron más probablemente desalojadas si habían sido criadas en G1. Todas las hembras perdieron peso durante el experimento, pero la pérdida fue menor para las hembras P2 que para las P1. La pérdida de peso solo se relacionó con la densidad del brocal construido, siendo mayor cuanto mayor era la densidad sólo en P2. Nuestros resultados indican que la construcción de brocales es potencialmente costosa en términos de pérdida de energía, y estos costes son diferenciales entre poblaciones. También podrían serlo los beneficios en términos de reducir la probabilidad de desalojo. Las estrategias de construcción de ambas poblaciones parecen optimizar el balance entre estos costes y beneficios.