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Aunque sea de
forma coloquial, una pregunta como esta nos la hemos hecho todos
en alguna ocasión. Nace de una simple curiosidad, natural en
nosotros, pero también de una necesidad; en no pocas ocasiones
es básico saber de qué y de quien estamos hablando. No es una
bagatela; la Ciencia seria no escapa a esta necesidad. Centrados
en nuestro contexto, la pregunta (a título de ejemplo) se podría
circunscribir a las arañas que se encuentran en una ubicación
concreta. Saber reconocerlas y diagnosticarlas supone soltar
unos cuantos nombres en latín... y ya está. ¿Y ya está? Cierto
que no falta quien piensa que se trata de un pequeño
entretenimiento, una chaladura inofensiva, sin más. Pero yerra
quien se detiene tan solo en esa consideración. Responder a esa
simple pregunta, decir qué organismos (arañas, en nuestro caso)
se encuentran en un determinado lugar, saberlas reconocer... es
ejercer las rutinas de la Faunística. Sólo a partir de ahí
sabremos de quién estamos hablando; porque de la fauna se puede
y se debe seguir hablando. Sin embargo, no faltan los
detractores que consideran a la Faunística como una ciencia
insulsa y del pasado. Todo está ya hecho; todo está en Internet;
lo importante es el conjunto y no los detalles; las moléculas
brindan mayor precisión, etc. Tal vez algún día... Pero los que
tratan de entender el funcionamiento de la Naturaleza en su
conjunto, su dinámica, la interrelación de los organismos que la
forman, sus dependencias e imbricaciones..., los que estudian
los procesos de diversificación (incluida la perspectiva
molecular), los gestores tan "preocupados" por la conservación,
los sectores productivos primarios (el agrícola, en especial),
deben saber hoy y ahora de quién están hablando, ¿quién está
ahí? La Faunística hace su función y debe tener su hueco en la
Biología de hoy. |
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