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17ª JORNADAS DEL GRUPO IBÉRICO
DE ARACNOLOGÍA |
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¿Amortigua la diversidad intraespecífica
las cascadas tróficas? Un ejemplo con la tarántula ibérica Lycosa fasciiventris |
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Celeste Guzmán1,
Jorge Henriques1,2, Eva de Mas1, Dolores Ruiz-Lupión1,
Pilar Gavín1, Mariángeles Lacava3, Sara Magalhães2
& Jordi Moya-Laraño1 |
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1
Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC), Ctra de
Sacramento s/n. La Cañada de San Urbano, 04120, Almería, España. |
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2
Centre for Ecology, Evolution and Environmental Changes,
Faculdade de Ciências, Universidade de Lisboa, Lisboa, Portugal. |
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3
CUR, Universidad de la República, Ituzaingó 667, Rivera,
Uruguay. |
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Las cascadas
tróficas descendentes pueden ser amortiguadas cuando se
incrementa la diversidad interespecífica de depredadores
intragremiales, dado que aumenta la depredación entre ellos (hay
mayor omnivoría trófica) y desciende la presión sobre las presas
compartidas, haciendo que estas puedan aumentar y de esa manera
eliminar el recurso basal, atenuando la cascada trófica. La
diversidad intraespecífica ha empezado recientemente a tener la
importancia que merece en los estudios ecológicos. Dicha
diversidad tiene dos componentes, el genético y el ambiental; y
ambos componentes pueden o no tener efectos complementarios en
los ecosistemas. En este trabajo contrastamos por primera vez la
hipótesis de que la diversidad intraespecífica en un depredador
apical puede potencialmente atenuar las cascadas tróficas. Para
ello montamos un experimento de laboratorio en que manipulamos
la variavilidad intraespecífica en la tarántula ibérica (Lycosa
fasciiventris Dufour 1835) tanto desde un punto de vista
ambiental (alimentación previa en dos ambientes rico y pobre)
como genético (distancias genéticas ssegún 4 grupos
independientes de rasgos cuantitativos con base genética aditiva
y de dominancia). Como presas comunes a todas las arañas
utilizamos grillos de la especie Gryllus assimilis y como
recurso basal lechuga (Lactuca sativa). Se ubicaron 4
arañas a la vez en terrarios en el laboratorio. Inicialmente se
permitió a las arañas interactuar en pares (y a las 24 horas a
todas contra todas) y se ofreció a cada araña dos grillos de
pequeño tamaño (2 veces en longitud la anchura de su prosoma) y
un grillo de gran tamaño (4 veces en longitud la anchura de su
prosoma). Un disco de lechuga, que era reemplazado cada día,
sirvió de alimento a los grillos. Cada bloque experimental tenía
5 tratamientos y duró una semana. En total se utilizó una sola
vez a 364 arañas. Los resultados mostraron que la cascada
trófica se atenuó cuando la diversidad intraespecífica ambiental
era mayor, pero al contrario de lo esperado, fue más intensa
cuando la diversidad intraespecífica genética era superior. La
diversidad intraespecífica ambiental explicó las tasas de
canibalismo, pero no la diversidad intraespecífica genética.
Estos resultados tienen unas consecuencias muy importantes de
cara a las dinámicas eco-evolutivas, dado que el mantenimiento
de la diversidad intraespecífica y su funcionalidad en los
ecosistemas puede tener efectos contrarios, cancelándose uno con
el otro, y produciendo un efecto neutro total en el ecosistema.
Sin embargo sí existe un efecto posible de presión de selección
sobre las arañas para ser las depredadoras caníbales en vez de
las presas cuando el ambiente en el que crecen es más diverso.
Las consecuencias eco-evolutivas de dicha presión pueden ser
diversas. |
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