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2005. 947 pp.
En 1988 la Asociación Española de
Entomología, bajo la coordinación del
Dr. José Antonio Barrientos, editó uno de los volúmenes
emblemáticos de la Entomología ibérica: Bases para un
curso práctico de Entomología.
Estoy convencido de que no existe
ningún entomólogo ibérico (que haya ejercido
o practicado la disciplina durante
las dos últimas décadas) que haya dejado de utilizar ese volumen. Mi ejemplar,
adquirido a mediados de los 90, se
encuentra ajado y bastante maltrecho. Francamente deteriorado
en su lomo y cubierta por el roce físico y
su contenido lleno de apuntes,
rayaduras y notas (consecuencia del roce intelectual). equilibrio que mantiene
entre lo accesible |
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para un lector no académico y la
utilidad práctica de su contenido
cuando es preciso enfrentarse al apabullante e hiperdiversificado mundo de los
artrópodos. Cierto es que no puede
competir con algunos libritos bien ilustrados de ‘Introducción
a los insectos’ o ‘Guías de campo’ pensados
para aficionados principiantes,
porque no es esa su finalidad. Tampoco sale triunfante
de una comparación con algunos clásicos de
la disciplina, al estilo de los
‘Tratados de Entomología’ destinados a estudiantes
de biología y otras carreras similares, pero
es que tampoco pretende ‘competir’
con ellos. Donde sí destaca y desbanca a esas
otras publicaciones es en su pragmatismo y
utilidad. Hay que ser entomólogo y
tener un cierto interés en el conjunto de los artrópodos (aunque uno termine
especializándose en un reducido grupito
de organismos) para comprender la dificultad
que entraña la tarea de abordar el
universo artropodiano, aunque el ámbito quede
reducido a la Península Ibérica,
especialmente si ese acercamiento se
produce desde lo taxonómico. Y ahí, premio completo. Las
Bases para un curso práctico de Entomología
han cubierto esa necesidad hasta un
nivel razonable (el de familia) durante casi dos décadas con total satisfacción.
Las ‘Bases…’ además, tienen mucho más que
taxonomía.
Constituyen un primer acercamiento a la
morfología de los organismos,
incluyen los elementos necesarios para un adecuado conocimiento
de la terminología entomológica, aportan
información sobre la bibliografía
básica de cada grupo, sobre técnicas de captura,
etc, etc. Es decir, constituyen el equipaje
suficiente (y necesario) para
iniciarse con seriedad en la disciplina.
Ahora se publica una nueva edición de ese
libro que ya forma parte de la
historia mitológica de la entomología ibérica. ¿Y
qué decir sobre el mismo? Lo cierto es que
siempre resulta complicado reseñar
una obra clásica, pero vamos a intentarlo. En primer lugar
hay que destacar que la nueva obra no es
exactamente una reedición del libro anterior.
Responde a los mismos objetivos y cumple perfectamente el papel
que se espera –el título lo explica perfectamente: ‘un curso
práctico de Entomología’–. Esa continuidad se ve reforzada
por la coincidencia del editor. Pero el libro presenta una
actualización y ampliación de sus contenidos, así como
otras novedades. Tantas que el libro actual se extiende
casi 200 páginas más que el anterior.
El volumen ha mejorado sustancialmente en aspectostécnicos y
materiales (los tiempos y la edición avanzan muy rápido). Se han homogeneizado
(y mejorado en mi opinión) figuras y gráficos, así como la
propia presentación. Lo más importante, no obstante,
corresponde a los contenidos. Desde este punto de vista se
han incorporado nuevos capítulos iniciales (dentro del
apartado de ‘Temas Generales’) sobre Fundamentos de cladística
(a cargo de Gustavo Hormiga y Gonzalo Giribet) y nuevas
tecnologías de la información (Juan José de Haro). El
primero de estos nuevos capítulos resulta especialmente
útil y presenta en 30 páginas una buena base para
profundizar con una cierta facilidad, pero sin perder
rigor, en el tema (lo que tiene un indudable mérito). El segundo, es un
complemento necesario en los tiempos de Internet y la comunicación global.
El libro cubre también algunos déficit de la edición anterior,
y completa el espectro taxonómico de Crustacea (artrópodos tan
olvidados por los entomólogos terrestres…).
Como es lógico en una obra de esta naturaleza, el elenco de
participantes / colaboradores es muy elevado (68 autores). En la
inmensa mayoría de los casos, son ‘repetidores’, es decir, son
los mismos que participaron en el volumen previo.
Una obra de este tipo no puede estar exenta de críticas. Es
inevitable. Cuanto más extensa y compleja es una construcción, más fácil resulta
encontrar carencias, déficit o fisuras. Por ejemplo, algún capítulo podría haber
sido más o mejor actualizado. Pero todo ello no puede oscurecer el resultado
final: la posibilidad de acceder a una herramienta útil,
poderosa por omnicomprensiva y desde luego valiosísima
para cualquier interesado en la Entomología (en cualquier
aspecto relacionado con ella).
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