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Paradojas sobre la distribución de especies exóticas y cosmopolitas
Mensaje enviado a ARACNO, 12/05/2007. A. Melic:
El caso que hemos comentado estos días [PULSE AQUÍ] semana sobre la presencia de la araña exótica invasiva Eidmannella pallida plantea unas interesantes cuestiones.
En primer lugar, parece que no debería existir ningún problema en aceptar que se trata de una especie exótica a nuestra fauna ibérica. Digamos que, por lo que sabemos, no forma parte del conjunto de especies nativas o indígenas.
Pero, si, como parece, es una especie cosmopolita , cabe plantearse cómo tal especie podría ser considerada exótica en cualquier punto del mundo, pues por pura definición su área de distribución o dispersión es el propio Planeta. Es decir, que es imposible que una especies cosmopolita sea exóticas. |
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La única posibilidad que se me ocurre es considerar que las especies cosmopolitas fueron arañas endémicas de una determinada área en tiempos pasados (remotos o no) que, por sus especiales capacidades u otras circunstancias, se han extendido artificialmente a todas las restantes áreas planetarias.
Eso permitiría decir que E. pallida es una especie exótica en el área ibérica porque originariamente la Península Ibérica estaba fuera de su área de presencia y dispersión. Pero técnicamente habría que señalar que necesariamente la Península Ibérica estaba dentro de esa área de dispersión (o no se habría dispersado hasta aquí). Que lo haya hecho o no a través de nuestra especie es una cuestión que puede ser intranscendente, especialmente por que no estamos en disposición de conocer las faunas de invertebrados –como las arañas- presentes en la Península Ibérica hace, por ejemplo, 8 o 10.000 años. Es muy poco lo que sabemos de eso (aunque la arqueoentomología también da algunas sorpresas de vez en cuando, pero son escasas y habitualmente muy parciales).
Otra cuestión que puede plantearse es cómo saber realmente que el área de presencia original no fue la Península Ibérica o sus inmediaciones. ¿Ya se puede descartar esta hipótesis? ¿O es una alternativa seria a la introducción? Que la especie haya sido descubierta en cuevas donde se sabe que no estaba hace unas décadas no implica que entonces ya estuviera presente en unas pocas cuevas ibéricas desde la que se ha extendido a las restantes y lo que estamos viendo ahora es sólo un fenómeno 'interior'. De ser así, la especie no sería exótica.
Respecto a que E. pallida sea invasiva –siempre que se acepte previamente la hipótesis de que se trata de una especie exótica- parece que no plantea dudas. Con la información facilitada por Carles Ribera [PULSE AQUÍ] (y esperemos que otros colegas puedan aportar más datos en el futuro) parece seguro que la especie está establecida en territorio peninsular (y balear) y además, está ampliando su área de dispersión.
Así que ello nos debe llevar a una nueva paradoja: debemos añadir a este género y a esta especie en el Inventario de la aracnofauna ibérica, como un elemento más. Guste o no guste el origen de la especie, lo cierto es que un inventario se construye sobre la base de presencias y ausencias contrastadas. Si la especie está establecida es que forma parte de nuestra riqueza biológica nacional (y quién sabe si un día deberemos tomar decisiones para protegerla ante el posible acoso de otras especies bárbaras). No se me ocurre cómo podría ser de otro modo. Así que hemos de aumentar a dos géneros y seis especies la diversidad de los Nesticidae ibericos.
Un saludo,
A.Melic
Mensaje enviado a ARACNO, 14/05/2007. M. Méndez:
Al respecto de Eidmannella y su condición de exótica o no, no creo que sea intrascendente que se haya introducido por el hombre o haya llegado por sus propios medios. Si se acepta que una invasora puede llegar por sus propios medios a cualquier parte del mundo, el concepto de invasor pierde su sentido, pues todo organismo ha sido, es o puede llegar a ser un invasor, excepto los endemismos muy restringidos. Si, como sugiere Antonio Melic, Eidmannella tuvo una distribución restringida en el pasado y posteriormente, por sus propios medios, colonizó el resto del planeta... lo que está describiendo es el
proceso habitual de expansión del área de distribución de cualquier especie (excepto los
endemismos muy restringidos). Lo único que diferencia, entonces, a una exótica de una no exótica es el grado de expansión de dicho rango... algo demasiado difuso y que lo único que puede generar es paranoia ante todo organismo que tenga éxito.
¿Son invasoras las especies que colonizaron las zonas septentrionales tras las glaciaciones? El aumento del área de distribución ha sido evidente en muchas especies, incluidas aquellas que NO estaban presentes en dichas zonas antes de las glaciaciones, o sea, aquellas que no RE-colonizaron su área de
distribución ancestral. Casos de asignación indecisa como este son bastante comunes.
Por eso es importante tomar una postura clara ante el papel del ser humano en la
definición de una especie como invasora. La introducción puede ser directa (voluntaria o involuntaria) o indirecta (generando modificaciones en el ambiente que favorezcan la expansión del área de distribución), pero este aspecto indirecto es también muy escurridizo.
Terminando, hay que asumir que en un porcentaje de los casos será imposible o muy difícil decidir si una especie es o no invasora. Uno puede utilizar evidencia molecular para intentar trazar las procedencias, o comparar la situación en una zona dada con lo ocurrido en otros países donde la especie también aparezca (se supone que una invasora no causa problemas en su lugar de origen, pero sí en las zonas que invade). Si nada de esto funciona, uno puede hablar de consecuencias negativas de una especie sobre otras, pero quizá sea más honesto no relacionarlo con una invasión indemostrable.
Marcos Méndez
Mensaje enviado a ARACNO, 14/05/2007. A. Melic:
Quizás se han tomado mis palabras demasiado en serio. En mi mensaje anterior sobre Eidmannella
pallida lo único que hice fue divagar sobre algunas aparentes paradojas o curiosidades que plantea el asunto de las especies invasoras.
Por supuesto que me parece trascendente que una especie sea introducida por el hombre o lo sea por efecto de la dispersión natural de la misma, aunque si nos atenemos a la definición de especie nativa (aquella que se encuentra dentro de su área natural y de dispersión potencial según la UICN , 2000), resulta que sólo se puede ser una especie exótica cuando dicha especie se ha desplazado fuera de su área natural y de dispersión potencial. ¿Y esto puede ocurrir por medios naturales, sin el 'efecto del hombre'? Yo diría que no.
Si la especie ha sido capaz de llegar a nuevas áreas fuera de su potencial de dispersión por sí misma es que... dichas áreas por alejadas que estén estaban en realidad dentro de dicho potencial. Es evidente.
Y ello me llevaba al tema de las especies cosmopolitas. Estas, por definición, tinene un área natural y de dispersión potencial del... cosmos. Es decir, que en realidad sólo podrían ser exóticas (s.s.) en el Polo Norte (que, como sabemos, suele excluirse del concepto cosmopolita en artrópodos). El resto del planeta forma aprte de su área de dispersión potencial. Así que Eidmannella no sería exótica en la Península Ibérica. No estoy retorciendo las cosas; sólo intento ser coherente con las definiciones que manejan los
especialistas.
Por otro lado, que la introducción sea consecuencia de la acción humana es algo relativo. Relativo porque con frecuencia esto es muy difícil de saber con certeza. Se ha mencionado en este foro la expansión de la dorífora (escarabajo de la patata) en la Europa prebélica de 1935, probablemente como
consecuencia de acciones deliberadas tendentes a debilitar la resistencia de los 'futuros' enemigos. Algo parecido a las sospechas que más de uno tiene sobre la curiosa aparición de la mosca gusanera ( C. hominivorax , es decir, la mosca devoradora de hombres según la traducción) en Irak en los meses
previos a la invasión estadounidense. En estos casos, por ser modernos y por tratarse de un hecho que tiene importantes connotaciones históricas, es posible que un día sean demostrados o desmentidos tales hechos por los historiadores o periodistas. Pero ¿y con las introducciones menos llamativas y/o más antigüas? ¿Cuántas de las especies que hoy consideramos autóctonas o nativas fueron traidas por los fenicios con su comercio, o por los romanos para sus ciudades de hace dos milenios, o por los árabes a sus medinas y zocos ibéricos o por los barcos procedentes del Nuevo Mundo? ¿Cuántos escarabajos nacionales serán en realidad especies exóticas invasivas de hace 20 siglos? ¿O cuantas arañas? Me temo que no hay forma de saberlo. Al menos, que sea fácil.
Y puestos a marear la perdiz... ¿serán las especies gemelas y las vicariantes el resultados de antigüos fenómenos históricos de penetración y establecimiento de especies exóticas invasivas? ¿Se podrán explicar así algunas distribuciones extrañas de organismos?
Hace unos años identifiqué unos ejemplares de Agelena lepida (Araneae: Agelenidae) en Los Monegros. Concretamente dos. Fueron capturados en el medio natural y mezcladas con otras especies más comunes. Esta araña es propia del norte de Africa, alcanzando Arabia. En algunos lugares (en Africa) es abundante. España es el único lugar de Europa continental donde se ha encontrado. Incluso, es una de las pocas especies de arañas incluida en el Libro Rojo de los Invertebrados españoles. Teniendo en cuenta sus peculiares preferencias ecológicas, caben dos explicaciones a la presencia de la especie en las estepas monegrinas: una, es una suerte de población relicta que quedó
aislada tras el periodo Mesinniense y la subida del Mediterráneo (hace unos 7 m .a.), o dos, es
una antigua especie invasora introducida, por ejemplo, en tiempos de la invasión árabe, que fue capaz de establecerse en Los Monegros (por ser un ambiente muy parecido al de las estepas norteafricanas). Curiosamente, en el primer caso sería una joya de nuestras fauna; en el segundo un elemento a
extirpar, como especie invasiva. Yo estoy convencido de la primera hipótesis, pero ¡Vaya dilema!
Un saludo,
A.Melic
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