Dice el tópico que los tiempos están cambiando y por tanto es preciso adaptarse a ellos con rapidez y decisión o los escenarios emergente s terminarán por barrernos, tal y como han venido haciendo con los millones de especies que han poblado este planeta.Pero dejemos las metáforas... Nos complace informaros del inicio de una nueva etapa tanto en ARACNET, la revista electrónica de entomología de la Comunidad Virtual, como en el Boletín de la SEA. A partir de ahora, ARACNET será la versión electrónica del Bol.SEA o éste, indistintamente, la impresa de aquella. Una y otra van a ser adaptaciones a diferentes medios (el impreso, el electrónico) de la misma publicación. Los contenidos no serán exactamente idénticos. La diferencia de contextos y, sobre todo, la diferencia de lectores potenciales, obligan a seleccionar o a desechar parte de los contenidos en cada caso. Así, ARACNET consistirá en su mayor parte en una selección de los artículos de alcance más general del Bol.SEA, reservando los de carácter local o muy especializado a la versión impresa. Al mismo tiempo, ARACNET prestará una mayor atención a la Entomología en la Red que tendrá un eco más limitado en el Bol.SEA. No obstante, la mayor parte de las secciones y contenidos de interés general serán totalmente compartidos. A primera vista podría parecer que la gran beneficiada es ARACNET, pues va a ganar en extensión y en amplitud de contenidos. Así es, sin duda. Por ello tal vez algunos socios de la SEA puedan considerar que se ven perjudicados en un cierto sentido. Pagan una cuota anual y sin embargo el Bol.SEA va a ser de difusión general a través de la Red, lo que no parece justo. Sin embargo, en nuestra opinión, el principal beneficiado a corto y largo plazo va a ser el propio colectivo de socios de la SEA. En primer lugar el Bol.SEA va a llegar a un público interesado en la entomología considerablemente superior (en cuanto a su número y dispersión geográfica) al habitual de una revista más o menos especializada, lo que redundará, previsiblemente, en un aumento de la base social y, con ella, de las posibilidades de ampliar el espectro de revistas, monografías y libros impresos que venimos editando y que sólo reciben los socios. La aritmética es simple: más socios, más posibilidades de edición impresa. En segundo lugar, no debe descartarse el natural y legítimo interés de los autores en la difusión de sus obras y trabajos. Ello implica un mayor incentivo a la participación en el Bol.SEA para los autores y colaboradores que pueden ver sus artículos aceptados impresos y, al tiempo, sin esfuerzos suplementarios, accesibles a través de la Red. En tercer lugar, la fusión va a permitir a los socios disponer de una versión en color de las fotografías incluidas en los artículos del Bol.SEA. Para ello, en cada número de ARACNET incluiremos una página en la que podrán visualizarse (y en su caso, imprimirse por los interesados que lo deseen) las fotografías en color publicadas en blanco y negro en cada número del Bol.SEA, sin aumentar los costes de edición. Ello será válido incluso para artículos del Bol.SEA que no sean reproducidos íntegramente en ARACNET por su carácter local o especialización. Por último, ARACNET permitirá otras opciones interesantes de aplicación inmediata: desde la edición de actualizaciones de datos publicados en números previos (dejando para ello constancia en la revista impresa), a la ampliación de datos que por su extensión no puedan incluirse en los artículos impresos, pasando por la posibilidad de incluir informaciones de ‘urgencia’ sin necesidad de acometer el costoso (y a veces lento) proceso de edición impresa. El número 6 de ARACNET corresponde al Bol.SEA 27. Ambos llevarán la misma fecha, octubre de 2000. Ambos son lo mismo: una forma simbionte de comunicación entomológica. No suena muy bien, pero las posibilidades merecen ser exploradas (y explotadas) con una cierta audacia. Si un día hemos de extinguirnos, al menos que no sea tras una etapa de estancamiento o decadencia, sino gozando de la mejor salud, en plena efervescencia evolutiva. Otra vez las dichosas metáforas... Antonio Melic Juan José De Haro |
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